Ahogamiento en seco y secundario: ¿mito o realidad?
En los últimos años, términos como ahogamiento en seco o ahogamiento secundario han aparecido en medios, redes sociales y conversaciones entre padres preocupados. Pero ¿qué hay de verdad detrás de estos conceptos? ¿Son emergencias reales o exageraciones virales?
¿Qué es el ahogamiento en seco?
El llamado ahogamiento en seco ocurre cuando, tras tragar o inhalar una pequeña cantidad de agua, se produce un espasmo en la laringe (espasmo laríngeo) que bloquea el paso del aire. El agua nunca llega a los pulmones, pero el cierre refleja de las vías respiratorias impide respirar correctamente.
Este tipo de reacción es muy poco común y, cuando ocurre, los síntomas son inmediatos: tos violenta, dificultad para respirar, sensación de asfixia, voz ronca o pérdida de conciencia.
¿Y el ahogamiento secundario?
El ahogamiento secundario se produce cuando una pequeña cantidad de agua sí llega a los pulmones durante un incidente acuático. Aunque la persona sale aparentemente bien del agua, horas después pueden aparecer problemas respiratorios debido a la inflamación pulmonar o al acúmulo de líquido (edema pulmonar).
Se considera una complicación tardía de un semi-ahogamiento. A menudo ocurre en niños tras un episodio en la piscina o la playa en el que han tragado agua y se han recuperado, pero al cabo de 1 a 24 horas desarrollan:
- Dificultad progresiva para respirar
- Cansancio extremo
- Tos persistente
- Labios o piel azulada
- Cambios de comportamiento o letargo
Es una emergencia médica y requiere atención inmediata.
¿Son frecuentes estos casos?
No. Ambos tipos de ahogamiento representan un porcentaje muy bajo de incidentes acuáticos. La mayoría de personas que tragan agua o tienen una inmersión breve no desarrollan complicaciones si no hay pérdida de conciencia o dificultad respiratoria inmediata.
Aun así, es importante observar a un niño o adulto durante las siguientes horas si ha tenido un susto en el agua. La vigilancia puede marcar la diferencia.
¿Cómo actuar si sospechas de un caso?
- Vigila los síntomas tras cualquier incidente acuático, por leve que parezca.
- Consulta urgentemente si aparecen signos como tos persistente, respiración entrecortada, somnolencia anormal o cambios de color en la piel.
- No subestimes un episodio de atragantamiento o inhalación de agua. Mejor consultar de más que de menos.
¿Sabías que muchos casos diagnosticados como “ahogamiento en seco” son en realidad confusiones?
La comunidad médica y de socorrismo ha señalado que muchos de los casos que se difunden en redes sociales bajo esta etiqueta no cumplen criterios reales clínicos. La buena noticia es que los incidentes con consecuencias graves son muy raros y casi siempre prevenibles con vigilancia y educación.
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