Cómo actuar ante una emergencia por corte de digestión en bañistas
En verano, uno de los riesgos más conocidos (y también más malentendidos) es el corte de digestión. Aunque su nombre popular puede sonar inofensivo, se trata de un fenómeno real que puede causar pérdida de conocimiento y, en algunos casos, provocar ahogamiento. Para socorristas y bañistas, conocer cómo identificarlo y actuar a tiempo es vital.
El término médico más preciso para este cuadro es hidrocución, y ocurre cuando el cuerpo sufre un cambio brusco de temperatura al entrar en el agua. Este choque térmico puede alterar el ritmo cardíaco, la presión arterial y desencadenar un desmayo. A continuación, te explicamos cómo detectarlo, actuar y prevenirlo eficazmente.
¿Qué es realmente el corte de digestión?
No es un «corte» literal del proceso digestivo, sino una reacción fisiológica que afecta principalmente al sistema cardiovascular. Tras comer, el cuerpo dirige buena parte del flujo sanguíneo hacia el aparato digestivo. Si en ese momento una persona entra en agua muy fría, se produce una vasoconstricción súbita, lo que puede generar mareos, vómitos, náuseas e incluso pérdida de conciencia.
Aunque afecta más a niños, adolescentes y personas mayores, cualquier bañista puede verse afectado si no toma precauciones.
Síntomas comunes a tener en cuenta
La clave para una buena intervención está en identificar los primeros signos. Algunos de los síntomas que pueden alertar al socorrista o a los acompañantes son:
- Palidez repentina y sudor frío.
- Mareo o sensación de debilidad.
- Náuseas o vómitos tras entrar al agua.
- Pérdida de conocimiento o desmayo súbito.
Si una persona muestra alguno de estos signos tras entrar en el agua, es fundamental actuar rápidamente.
Protocolo de actuación ante un caso sospechoso
- Extraer al bañista del agua sin demora, manteniendo la vía aérea libre en todo momento.
- Comprobar el nivel de conciencia y respiración.
- Si respira pero está inconsciente, colocar en posición lateral de seguridad.
- Si no respira, iniciar RCP inmediatamente y activar los servicios de emergencia.
- Si respira pero está inconsciente, colocar en posición lateral de seguridad.
- Aplicar oxígeno suplementario si se dispone del equipo adecuado.
- Controlar signos vitales mientras llega ayuda médica.
- Registrar y comunicar todo lo ocurrido al equipo y autoridades pertinentes.
Un socorrista bien preparado debe actuar con rapidez, mantener la calma y coordinarse con el resto del personal.
Prevención: cómo reducir el riesgo
El corte de digestión se puede prevenir con medidas sencillas, pero muchas veces ignoradas:
- Evitar entrar al agua bruscamente después de comer en abundancia.
- Mojarse poco a poco antes de zambullirse.
- No bañarse si se está mareado, fatigado o bajo el sol intenso por mucho tiempo.
- Prestar especial atención a niños y personas mayores.
¿Sabías que el agua de un río puede estar 10 grados más fría que la temperatura ambiental?
Este contraste puede provocar hidrocución incluso sin haber comido. Por eso, no se trata solo de la digestión, sino del choque térmico en sí. ¿Te interesa saber qué otros factores ambientales elevan el riesgo de rescate? Lo veremos en el próximo artículo.
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