Cómo organizar un puesto de socorrismo eficaz: materiales y distribución ideal

El puesto de socorrismo es el centro de control desde el que se vigila, se actúa ante emergencias y se coordina la seguridad en la zona de baño. Su organización influye directamente en la capacidad de respuesta del socorrista. Por eso, no es solo una silla o una sombrilla: es una herramienta clave de trabajo.

Elementos esenciales en un puesto bien equipado

Todo puesto de socorrismo, ya sea en playa, piscina o parque acuático, debe contar con los siguientes elementos básicos:

Botiquín de primeros auxilios completo y accesible
Flotador tipo boya torpedo o aro salvavidas
Silbato profesional (preferiblemente con repuesto)
Radio o sistema de comunicación interno
Guantes, mascarillas y gafas protectoras (para contacto con sangre o vómitos)
Lista visible de teléfonos de emergencia
Material de protección solar (crema, gorra, gafas)
Toalla y manta térmica
Fichas de control y registro diario

Distribución ideal del puesto

Una buena organización facilita la intervención. Se recomienda:

Zona alta y con visibilidad completa del área vigilada
Sombra suficiente para largas jornadas al sol
Material ordenado por frecuencia de uso (lo más urgente, más cerca)
Botiquín abierto por secciones, visible y sin obstáculos
Vía libre para salir rápidamente en caso de emergencia

En playas, además, es habitual que haya una torre elevada o caseta con escalera, desde donde se vigila en altura. En piscinas, bastará con una silla elevada junto al borde y una mesa auxiliar con los elementos descritos.

Consejos prácticos

Haz una revisión diaria del material y su estado
Ten repuestos de vendas, apósitos y guantes siempre a mano
Crea un pequeño cuaderno de incidencias para anotar intervenciones
Si hay varios socorristas, turnad la vigilancia y rotad en los relevos
Mantén la zona limpia, sin objetos que dificulten el movimiento

¿Sabías que un puesto mal organizado puede duplicar el tiempo de reacción?

Cuando cada segundo cuenta, no puedes perder tiempo buscando una gasa, una linterna o un silbato. Una disposición lógica y constante del material hace que todo esté “donde siempre”, incluso si cambias de turno. En emergencias, la memoria muscular y el orden salvan vidas.